AVERÍAS DE TU CAMPER PROVOCADAS POR EL DESHUSO
Existe la creencia popular, justificada y extendida, de que el uso excesivo de un vehículo contribuye, lógicamente, a su mayor desgaste y por tanto a acortar su vida. Lo que no suele pensarse es lo contrario: que la falta de uso de un vehículo también contribuye a su deterioro.
Este segundo caso, no se debe propiamente dicho al desgaste, sino que en función del tipo de pieza que hablemos, es susceptible de averiarse por la falta de uso o presentar un funcionamiento anormal.
De esto es de lo que hablaremos hoy, dado que, por desgracia, nuestras Camper no son vehículos que podamos usar tan a menudo como nos gustaría. Por esto, vamos a tratar en profundidad los elementos que pueden mostrar fallos o defectos debido a su falta de uso, que van mucho más allá de desconectar los bornes de la batería -una práctica que muchos de nosotros ya llevamos a cabo-. Gracias a las recomendaciones de RO-DES, portal especializado en diferentes servicios para el automóvil u otros vehículos, hemos recopilado valiosa información para que nuestra camper salga indemne de su estacionamiento a largo plazo.
Elementos no mecánicos de tu camper que pueden deteriorarse por la falta de uso:
Neumáticos: El neumático colocado en un turismo expuesto a los agentes meteorológicos y que no ruede habitualmente, cogiendo así temperatura, puede perder presión y cuartearse. Esto se maximiza en vehículos camper o furgonetas camperizadas ya que el peso que soportan es mucho mayor. Por tanto, si sabes que tu camper va a estar sin moverse un tiempo, hincha generosamente las ruedas, y antes de volver a usarla, realiza una inspección visual para comprobar que no hay deformaciones.
No hace falta decir que es especialmente importante aparcar en plano, y evitar a toda costa dejar una o dos ruedas a diferente altura, (por ejemplo, encima de una acera).
Mobiliario: la humedad es la gran enemiga de las Camper, deja los armarios vacíos y coloca deshumidificadores en ellos. Puedes usar saquitos de carbón, tarros con sal, bolas secas… encontrarás un enorme surtido en el mercado. Asegúrate de que no haya fugas en las juntas por si las lluvias hacen de las suyas, pero sobre todo… ¡ventílala! Pasa regularmente a visitar tu furgoneta y permite el cambio de aire viciado. Los textiles son tejidos que absorben mucha humedad, si vas a dejar el vehículo parado mucho tiempo, mejor no dejes nada encima de los asientos, así como tampoco en muebles que incorporen colchonetas o similares.
Electrodomésticos: Aunque es cierto que el material de los electrodomésticos no es tan sensible a la humedad como la madera, es importante recordar dejar la nevera vacía y abierta para evitar la proliferación de hongos y olores desagradables, las tuberías vacías y el fregadero seco.
Chapa: Igual que en cualquier vehículo, la limpieza de la superficie de nuestra camper nos permitirá esquivar la erosión y el óxido. Si hay salitre o arena en el ambiente, hay que poner especial atención en mantener la chapa en buen estado.
Elevalunas: La gran mayoría de las averías de los elevalunas se producen por falta de uso, o por un uso excesivo. En nuestro caso, por arena polvo y lluvia puede producirse óxido o cierta obstrucción. Si tu furgoneta va a estar parada mucho tiempo y a la intemperie, es buena idea pasar regularmente a limpiar las juntas y accionar los mecanismos. También puede serte de ayuda la aplicación de cintas protectoras en los márgenes de las ventanas.
Aire acondicionado: No usarlo no lo mantiene en buen estado, pese a lo que pueda creerse. De hecho, su falta de uso provocará que se resequen sus componentes o se deterioren las tuberías y juntas del circuito. Hay que ponerlo en marcha al menos una vez al mes en una franja de temperatura de entre 20 y 26 grados.
Elementos mecánicos que pueden fallar por no usar tu camper:
Circuito de refrigeración y aceite: Desgaste de manguitos, resecamiento de conductos, que se pegue el termostato, juntas, gomas o retenes endurecidos… El uso del vehículo facilita el transporte del aceite y el refrigerante por la maquinaria a través de distintos conductos, y su estanqueidad está salvaguardada por gomas y juntas que pueden endurecerse y agrietarse, sobre todo, si tu camper está expuesta a temperaturas extremas. Si estos pequeños elementos pierden su función, las consecuencias pueden ser catastróficas.
Distribución y “taqueteo”: Muy relacionado con la lubricación del vehículo, porque los taqués funcionan con aceite. Si no están lubricados pierden su eficacia y al encender el motor, escucharemos una característico sonido -taca-taca- que, pasados unos minutos, desaparecerá al alcanzar el nivel correcto de lubricación.Si no desaparece, querrá decir que uno de los taqués ha dejado de funcionar, por lo que tendrás que acudir a un profesional para solucionarlo. Para evitar esto, circula un par de veces al mes para permitir el engrase correcto.
Caja de cambios y diferenciales: la estanqueidad es una característica fundamental de estos elementos, y como hemos comentado anteriormente, depende del buen estado de las juntas y las gomas, que por falta de lubricación pueden presentar defectos.
Además, el óxido de los piñones y horquillas es un riesgo que también se salvaguarda realizando un uso más habitual o continuado de la camper. Lo mejor, es hacerla rodar.
Motor: Los propulsores deben funcionar al menos una vez al mes para no dañarse, y los riesgos a los que nos exponemos tienen que ver de nuevo con la estanqueidad y la oxidación, pero también hemos de tener en cuenta que es una pésima idea iniciar la conducción normalmente después de un tiempo largo de estacionamiento: es muy importante arrancar el vehículo y no iniciar la marcha hasta que los líquidos fluyan a la temperatura correcta. Pon el contacto y espera unos minutos antes de empezar una conducción suave.
Frenos: Presenta unas características especiales y mayor riesgo que otros elementos, puesto que hay varios factores que pueden provocar fallos.
- Si las temperaturas son muy bajas puede formarse escarcha en los discos, así que habrá que hacer un juego de embrague para liberarlos.
- El óxido de los discos también puede darse por condiciones ambientales adversas como por ejemplo la presencia de salitre en el ambiente. La sustitución es frecuentemente costosa.
- El líquido de frenos es hidrófilo, y va absorbiendo agua del ambiente que irá “aguándolo”. Por eso es importante cambiar el líquido cada dos años, hayas usado mucho o poco tu furgoneta camperizada.
- También se ha de tener en cuenta el “Fadding” en el líquido de frenos. Es un fenómeno por el cual se produce más fácilmente la evaporación del líquido, provocando burbujas que alargan el recorrido del pedal, llegando incluso a dejar de frenar.
De modo que, para mantener tu camper en plena forma, visítala regularmente y dale una vuelta para que se airee y lubrique correctamente. Mima su carrocería y su maquinaria con una conducción cuidadosa, realiza inspecciones visuales siempre que puedas, y cumple a rajatabla los plazos de sus recambios y revisiones.
En el siguiente enlace, puede verse también un video de consejos útiles para evitar averías en vehículos parados durante un periodo largo.
Otros consejos generales:
Prepara tu camper para sus periodos de inactividad dejando los líquidos llenos (el del parabrisas, aceite de motor, refrigerante…) Incluso debes dejar el depósito de combustible lleno, -especialmente si es metálico- para evitar el óxido. Aplica un producto protector a la chapa para que se erosione lo menos posible y añade presión extra a todas las ruedas ¡incluida la de repuesto!
Siguiendo estos consejos, seguro que tu furgoneta camper estará lista y sin sorpresas desagradables en tu próxima aventura.